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Es fácil y sencillo. Si os llama la atención la repostería creativa y todas estas cosas que os pone gordos como balones medicinales, que elongará vuestras papadas hasta convertiros en pelícanos humanos, o que os hará gemir de placer hasta suplicar que aparten esos deliciosos manjares de vuestra vista, váis a tener la oportunidad de aprender el "ABC" del carbohidrato. Si no lo habéis leído o descubierto ya en cientos de sitios como éste, hoy vamos a tener el honor de enseñaros como elaborar vuestros propios «cakepops».
Creo que todos los que se han arremangado con la sana intención de entrar en la cocina y salir con la moral intacta han empezado por los cakepops. Ya sabéis, esas impresionantes pelotas de bizcocho, sodomizadas por un palito y bañadas en chocolate, Candymelts o en cualquier cosa que en exceso pueda dejarte ciego.
Lo que más llama la intención de los cakepops, aparte de su forma y presentación que ya de por sí se convierten en toda una invitación a la lujuria gastronómica, es la sorpresa. Nadie espera que tras ese caparazón crujiente e intenso se encuentre un bizcocho espeso y compacto. Una de esas combinaciones que hace que te sujetes al mantel gritando y termines rebuscando con la lengua los restos en tu boca, porque pensar que ese sabor pudiera terminarse en cualquier momento no es una opción. Y estos son los que vamos enseñaros a preparar.
Los hay de los que se hornean en una suerte de gofrera con resultado de unas bolas perfectas de bizcocho ligero y esponjoso. No, no señor. La modalidad que vamos a cocinar podría matar a un caballo si se lanza desde la distancia correcta. Dejemos esas bizcochadas con aparatos de teletienda para los perezosos.
INGREDIENTES
Vuestro bizcocho favorito: chocolate, vainilla o el del supermercado. Lo ideal sería que lo hiciérais vosotros mismos, pero eso luego lo veremos.
Crema de queso.
Chocolate de cobertura o «Candymelts».
Palitos.
Sprinkles de colores.
PREPARACIÓN
En el festival del cakepop, puede participar toda la familia, así de sencillo es. Sólo hay que tomar vuestro bizcocho favorito y destrozarlo vilmente con las manos en un bol hasta dejarlo completamente desmigado. Nosotros hasta lo hemos hecho con sobaos pasiegos y el sabor es indescriptible. El resultado sólo quedará limitado por vuestra imaginación y por lo limpias que tengáis las manos.
Cuanto más pequeña sea la miga, mucho mejor. Y aquí es donde entra nuestra recomendación. Si podéis elaborar vosotros el bizcocho, mucho mejor. No sólo quedará infinitamente más sano (un bizcocho perfecto apenas lleva harina, azúcar, aceite y levadura), además podréis tener controlada la textura y los matices de sabor en todo momento. Nosotros nos decantamos por bizcochos finos de texturas suaves y eso sólo lo conseguiremos con un tamaño de miga lo más pequeño posible. No pequéis de ahorradores y desechad las partes más tostadas del bizcocho. Coméoslas con un vaso de leche si queréis, pero no queremos cosas duras dentro de nuestros cakepops.
Una vez desmigado a conciencia, preparad vuestra crema de queso e id añadiendo cucharadas al bizcocho mientras amasáis con las manos hasta obtener una masa compacta que no se deshaga. Un defecto de crema hará que al arrancar un trozo de la masa, éste se deshaga desmigándose por completo. Un exceso volverá la masa demasiado blanda y se autodestruirá cuando empecéis a manipularla. Ordenad a alguien que corra por el pasillo. Si podéis golpearle con una de las pelotas de bizcocho y si al caer al suelo no se ha deshecho, estará lista.
Amasad varias bolas y las dejamos enfriar durante 20 minutos en el congelador. En este punto, y si los niños han participado en el amasado, ya habréis delimitado un perímetro de seguridad con valla electrificada y francotiradores. A estas alturas sus manos no brillarán de bonitas y lustrosas precisamente, sino de grasa. No dejéis que escapen de la zona de seguridad u os arrepentiréis de por vida. Mientras los cazáis, inmovilizáis y les laváis las manos, dejad que el chocolate de cobertura o los Candymelts se vayan fundiendo a fuego lento, al baño maría o en el microondas a intervalos de 10 segundos a potencia media/baja para que no se queme, y pausando para moverlo.
EL EMPALAMIENTO
A las hordas de Vlad Tepes (A.K.A.: Conde Drácula) les encantaba aplicar esta técnica sobre el invasor turco, aunque nosotros no seremos tan escabrosos. Cogeremos uno de nuestros palitos para cakepops, y los hundiremos un centímetro en el chocolate caliente. Después atravesaremos las pelotitas bien frías (sin que lleguen a congelarse) y el chocolate endurecerá al instante. Procurad no dejaos llevar por el entusiasmo, esto no es una barbacoa, el palito no debe aparecer por el otro lado. Conformaos con llegar hasta la mitad o menos. ¡Felicidades! acabáis de plantar un cimiento en el interior de vuestra creación.
HORA DEL BAÑO
Como ya sabréis, los Candymelts son unas pequeñas pastillas para fundir y realizar coberturas divertidas y especialmente llamativas por sus gamas de colores e intensidad. Un paquete de aproximadamente 285gr. puede costar cerca de 4eur, así que dependiendo de la cantidad de cakepops que vayáis a elaborar puede suponer una solución un tanto costosa. El chocolate sigue siendo una opción accesible, asequible y no desmerecerá en absoluto el resultado final. Tened en consideración también que el chocolate blanco de cobertura puede teñirse con tintes específicos para chocolate, lo que os proporcionará la posibilidad de realizar vuestras propias gamas y decoraciones aunque podría alterar un poco el sabor y jamás conseguiréis la intensidad que ofrecen los Candymelts.
Sujetando el cakepop por el palito, lo hundimos en el chocolate fundido y una vez quede cubierto nos golpeamos suavemente la mano con la que lo sujetamos para deshacernos del chocolate sobrante y para que la cobertura quede uniforme. No lleguéis al extremo de autolesionaros, sólo queremos que el golpecito no sea tan seco como si lo diéramos contra el borde del recipiente del chocolate, así lo amortiguamos y evitamos que se nos desmorone el invento después de tanto trabajo. Tened cerca el recipiente con los sprinkles de colores, o sea, las decoraciones.
Un par de consideraciones más acerca del chocolate y los Candymelts: ojo con la temperatura del cakepop al bañarlo. Procurad que si bien tiene que estar fresquito, no lo esté demasiado o el chocolate se agrietará al solidificarse. Igual ocurrirá si lo metemos rápidamente en la nevera mientras se endurece. Es preferible dejarlo enfriar suavemente y sin cambios bruscos de temperatura. Es uno de los problemas que los Candymelts superan con total soltura: no se agrietan tan fácilmente. Es el momento de evaluar si os compensa el gasto extra.
IT'S RAINING SPRINKLES!
¡¡Corred insensatos!! Tenéis que lanzar una lluvia de sprinkles sobre el cakepop antes de que la cobertura se endurezca como el bícep de un Mr.Olympia, y creednos que lo hace MUY RÁPIDO. Giradlos, enterradlos, adoptad posturas imposibles pero tenéis que conseguir que queden cubiertos antes de que empiecen a rebotar sobre la superficie y a dirigirse peligrosamente hacia vuestros ojos. Hemos visto a gente morir enterrada entre pizcos de colores y, admitámoslos, es tan desagradable como bonito a la vez. Para terminar, dejadlos pinchados en un corcho para evitar accidentes mientras terminan de enfriarse.
EPÍLOGO
Es hora de probadlos. No olvidéis alzar el meñique y poner voz de pito, la ocasión lo merece. Mordedlos despacito y contemplad el corte. Ahora sentaos y reflexionad si realmente podéis aguantar la tentación de comer uno más...y otro... y otro... y otro... Podéis desatar a los niños y recoged las papadas, hemos terminado.
TETEHace 10 años
Oleee recetas!!!
Lo pondre en practica! Me encannta ....no parece facil pero se intentara!, bessitoosss
MARIADESHace 10 años
Eso eso, a intentarlo, ten cuidado no los empales ajjaja
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