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¡POKEMON! ¡HAZTE CON TODOS... LOS CAKEPOP DE POKEBOLA!

Este post ha sido escrito y publicado por Alex para www.galletazas.com

Vale que nos llegó un poco tarde, pertenecemos a una generación marcada por 12 millones de episodios de «Dragon Ball Z», y de interminables temporadas y cuatro películas de «Las Tortugas Ninja», pero no vamos a negar que los «Pokémon» mueven miriadas de fans alrededor del globo. Al grito de ¡Hazte con todos!, un ejército de japoneses cargados con plumillas y tinta china, nos animaba a organizar nuestra propia colección de monstruitos cabezones que se enfrentaban entre ellos cual juego de cartas de rol en un oscuro local inundado por gente de olor extraño y lenguaje incomprensible. No os asustéis, seguramente será alto-élfico o Klingon, no muerden y el olor se va con un poco de gel y desodorante.

¡Oh, amigos geeks!, esta creación va por todos vosotros. Porque también lo somos, porque también escondemos nuestras Pokebolas cargadas y listas para lanzarlas contra cualquiera que logre desafiarnos. ¡Hamburguesa contra cupcake! Lanzamos nuestro Pokémon que con suerte despedazará entre sangre y vísceras a nuestro archienemigo y adversario culinario representado por un Pokémon con forma de Bradwurst gigante saliendo de una cacerola.

Y es que ¡cómo gusta a los japoneses eso de meter cosas gigantes en pequeños contenedores! Empezaron con las cápsulas Hoi-poi y terminaron escondiendo bichos en unas pelotas. Nosotros lo mejoramos escondiendo ricos cakepops listos para saltar y conquistar tu vista y tu estómago. Hoy os enseñamos a hacer vuestras propias Pokebolas con Candymelts y un poco de fondant, suficiente para triplicar en volumen y peso a cualquier cakepop que hayáis hecho en vuestra vida y que podréis lanzar a vuestro enemigo con ánimo de aporrearle. Saldréis victoriosos sin duda.

INGREDIENTES

  • Cakepops, que previamente habréis hecho siguiendo nuestra «Receta de los cakepops»
  • Candymelts™ de color rojo y color blanco brillante.
  • Un poco de fondant negro y fondant blanco.

PREPARACIÓN

Antes de nada, nosotros hemos utilizado un pequeño hornillo para fondue que empleamos para calentar los Candymelts (aprox. 4eur por bolsa de 340gr.) que, como recordaréis, son pequeñas pastillas de sabor similar al chocolate blanco empleadas para realizar coberturas. Son espectaculares porque los colores son muy intensos, la cobertura es uniforme y no se agrieta con los cambios de temperatura, al contrario de lo que ocurre al emplear chocolate blanco o negro de cobertura.

Para fundirlos, podéis aplicar calor durante unos segundos en el microondas, parándolo para moverlos, o derretirlos calentándolos al baño María. Si os queda demasiado espeso, sólo hay que diluirlo con unas gotas de agua y remover hasta la extenuación o quedará una textura extraña de aspecto cortado. Los rojos al remojarse adquirirán un aspecto de pimientos del piquillo la mar de agradables, un poco asquerosos si pensamos en un hígado bailando la conga.

Es importante que guardéis las bolitas de bizcocho unos minutos en el congelador para que queden bien fríos y al "empalarlos" mojando el palito en los Candymelts blancos fundidos, estos se enfríen y solidifiquen adhiriendo el palo a la bola. Después volvéis a guardarlos nuevamente en el congelador para que al trabajar con ellos el bizcocho quede más compacto y se minimice el riesgo de que se rompan o deshagan. Con diez minutos basta.

Primero bañamos completamente nuestro cakepop en los Candymelts blancos completamente y los dejamos que sequen con tranquilidad. Cuando estén secos, fundimos los Candymelts de color rojo y bañamos hasta la mitad superior del cakepop. Sujetadlos con firmeza en ambos casos y aplicaos pequeños golpecitos en la muñeca para que caiga el sobrante de cobertura.

Admitid que desde que leísteis «50 Sombras de Grey» habéis cogido el gustillo a eso de autofustigaros. Unos golpecitos de muñeca activará vuestra circulación y en algunos casos la líbido... es mentira, os haréis polvo y jamás volveréis a bañar un cakepop.

Hora del fondant

Es el momento de elaborar los accesorios que convertirán nuestra pelotita abizcochada, en una auténtica pokebola de la que saldrá Robin Food para cocinaros un cocido madrileño. Para ello hemos amasado y extendido un poco de fondant blanco y negro. Si tenéis sólo blanco, podéis usar un poco de colorante en gel negro para teñirlo y amasarlo hasta que quede de un color negro uniforme.

Vamos a necesitar por cada pokebola: una tira de fondant de aproximadamente un centímetro de anchura, y tres círculos concéntricos que irán decreciendo en tamaño. El mayor, de aproximadamente un centímetro de diámetro, será de color negro y el resto blanco. Para cortarlo utilizamos varias boquillas de manga pastelera de diferentes tamaños aprovechando nuestro amplio arsenal engrosado por años de diógenes repostero. Seguro que sois lo suficientemente ingeniosos como para encontrar algo en casa que pueda serviros. Si no, podéis hacer diferentes pelotitas y las aplastáis.

Adherimos los círculos entre sí aplicando un poquito de agua con un pincel. Finalmente adherimos la pieza completa justo entre las dos coberturas de nuestro cakepop usando también un poco de agua.

Terminaremos aplicando la pieza larga de fondant alrededor del cakepop que deberá coincidir con las piezas circulares, para ello realizamos una aproximación rodeando la pokebola con nuestro cinturón de fondant negro y cortaremos la pieza cuando ambos extremos alcancen aproximadamente los círculos. Aplicamos un poco de agua con el pincel sobre la pieza de fondant y la adherimos, al igual que los círculos, coincidiendo con el corte de las dos coberturas. Si os quedáis un poco cortos no os asustéis, el fondant es flexible y podéis estirarlo un poco presionando con los dedos hasta que nos de el largo necesario. ¡Cuántos matrimonios se habrían si esto fuese aplicable en otro contexto!

EPÍLOGO

¿Y qué te tenemos? ¡Una espectacular colección de cakepops sobredimensinados, gordos, hermosos, enormes y terriblemente pesados! ¡Las pokebolas comestibles! ¡Hazte con todas, cómetelas y que Pikachu y vuestro inodoro os coja confesados!

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