Rechinar de neumáticos y aromas penetrantes. Si os incomodan los encapuchados, es una semana fantástica para sentiros aterrorizados. El resto de los mortales nos remangamos los pantalones
30 de diciembre y nos acercamos a la fecha límite para finalizar las compras de Reyes. Respirad profundo, tomad un respiro y ¡hornead!
"El Día de Todos los Santos" se acerca a una velocidad pasmosa. Queda apenas unas semanas y este año va a enmarcarse en uno de los climas más atípico de los últimos años.
Alergia y Primeras Comuniones son los elementos más característicos de la estación primaveral. Atrás quedan el canto de los pajaritos, el aumento progresivo de las temperaturas, o la explosión de colores que inunda cada centímetro de tierra desnuda, cuando en lo único que puedes pensar es en arrancarte los ojos
Ay, queridos amigos de las alimentos chocolateados y del porno gastronómico más duro de la red, nos hemos pensado durante tanto tiempo publicar esta receta porque es peligrosa. Es una de esas que podrían matar de diabetes a un caballo, o peor aún, cristalizar su cerebro hasta convertirlo en una de esas figuritas de estantería de las que 8 de cada 10 abuelitas con diógenes de cuadros de nietos y accesorios del Todo a 100, daría su aprobación.
Apenas parece que hayan pasado unos días desde la última entrada y de golpe ya nos hemos visto de lleno inmersos en plena Navidad. ¿Qué significa? ¡Estrés! Compras sin terminar, colas infernales y un frenesí consumista que inunda cada tienda, cada local de la ciudad y que incrementa exponencialmente nuestras ganas de matar.
Días cortos, aroma a estufa de leña y un aro del inodoro que se adhiere a la piel como una lengua húmeda a una cubitera son indicativos de que, queridos lectores, nos hemos dado de lleno con diciembre. Y ya sabéis lo que toca en estas fechas: ¡dulces! La navidad está tan sólo unas semanas y desde hoy nos ponemos manos a la obra para que no haya visita que salga de casa sin dar arcadas
¡Bienvenidos a Halloween! La fiesta más terrorífica y extrañamente divertida del año. Ese mágico momento en el que, -como en un episodio de la «Dimensión Desconocida»-, la barrera que separa esta realidad con la del más allá, es tan fina que los espíritus y los demonios pueden atravesarla y sentarse con nosotros a tomar café.